martes, 10 de enero de 2012

CABEZAS

María, 5 años


Edu, 6 años
Edu, 6 años


Oscar, 4 años

Martina, 6 años

Alvaro, 7 años

José Luís, 7 años

Sergi, 6 años

Pilar, 4 años

Samuel, 8 años


María, 5 años

Adriana, 6 años

Suli, 7 años

3 comentarios:

  1. Confieso que siempre me dio miedo perder la cabeza. Que un buen día mi cuerpo (piernas, tronco y brazos) se levantara para ir a trabajar pero no la cabeza. Que ésta, rebelde y terca como una mula, decidiera quedarse en la almohada con los sueños (en huelga de brazos caídos..., que no es el caso) o como mucho, en la mesa del comedor frente a la ventana que da a la calle. De ser así, la imagino tan sonriente como vuestras esculturas, tan...¿cómo lo diría?...tan falta de migrañas que haría las delicias de los pensamientos más divertidos, placenteros y vagos. Una decapitación de todos "los debería" para convencer al resto del cuerpo que no se puede vivir sin nuestra parte de niño/a.

    No me preguntes desde qué lado de mi anatomía escribí este comentario.

    Un brazo con todo lo demás, de besos. :-)

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    1. jajajaja, gracias Anita. A mí, más que a perderla, me da miedo no encontrarla... Un abrazo!

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  2. También se puede perder la cabeza por amor. Cuando es correspondido, es una de las mejores cosas que puedes encontrar. Te salen de los ojos chiribitas de limón y de las orejas colibríes. Los labios se llenan de peces de colores y es un no parar, no parar, no pa...rar...rrrr.....;-)

    http://www.youtube.com/watch?v=EAM7h6Po6uw

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